Recuperándome,
recuperándome a mí misma,
de sol a sol,
de vida en vida,
con amor,
cada vez con más paciencia,
con alegría,
recogiendo mis trocitos de alma
que tenía por ahí perdida
uniéndolos
en la mente de mi corazón
con la mejor de mis sonrisas;
tornándome suave,
dulce,
flexible conmigo misma:
volviendo a ser
para siempre
la mejor de mis amigas,
junto a Ella
y a su gracia bendita
con la que me llena,
me ama y me sana
todos,
todos los días.
Recuperándome
me encamina.
Recuperándome,
recuperándome
a mí misma.