Recordando agradecida tanto a Akong Rimpoché como a todos aquellos seres que, de verdad, han hecho, hacen y harán mi vida más feliz y más fácil con su amor, su bondad y su generosidad, estas palabras:
El espíritu está eternamente en estado de gracia.
Tu realidad es únicamente espíritu.
Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia.