Hecha de pedazos de tiempo,
pétalos de rosa
y polvo de estrellas.
Del deseo más puro y cierto,
de la más honrosa virtud,
del más sagrado momento;
de la clara inocencia,
de la paz personificada,
de sabias palabras,
del amor en mi conciencia.
Hecha soy de polvo y de agua,
de horas de estudio
y trabajo constante,
de luz y de tierra,
de lámparas encendidas
a las almas más bellas;
de solsticios de verano,
de sangre azul
fluyendo viva
por mis venas.
De trabajadores incansables,
de gente de la buena,
de alegría ilimitada
y de paz siempre eterna.
De dorados claveles,
de flores blancas y azucenas,
de mi unión con los árboles,
de pura madera
y...
del respeto por la Tierra.
De inviernos duros y heladas,
de campos de franela,
de primaveras soleadas,
domingos, misas y ausencias
y playas,
preciosas playas
de doradas arenas;
de hojas de otoño,
de sonrisas y lágrimas,
de paraísos repletos
de almas enamoradas
y...
de los más felices sueños.
También de la Nada.
Hecha soy de pedacitos
de sólo lo sano y lo bueno.
Amante y amada.
(En estas Navidades, con infinito verdadero amor a los que me parieron. Su hija soy: hija de Dios y de ellos. Tierra y Cielo).