Venga, sonríe niña,
sonríe en una palabra
no sea que con tu extensión
otros se queden en baldas
pero...
¿qué estoy diciendo?
¿Estoy intentando limitar tu alma?
Sonríe como quieras, mi niña,
sonríe cuando te plazca.
Por la tarde, por la noche
o al despuntar la mañana;
en invierno o en verano
o incluso si ese día no has cenado
o estás algo cansada.
Sonríe en una palabra
o en veinte
o en saetas, estrofas,
capítulos, glosas, coplas,
sainetes..
o en silencio
pero, por favor, niña:
sonríe siempre
sin límites.
A mi niña, valiente e inocente.