Las palabras no eran vacías,
fluían y fluían
como el agua de una fuente
límpida,
se concatenaban los días
llenos de pasión y pura vida.
Botas, vaqueros, camisa,
caballo de hierro
sobre la cera antigua,
un águila, caricias,
reflejos dorados en los cabellos,
conciertos,
sonrisas;
soltándome del recuerdo
mientras
el tiempo
se desliza entre mis dedos
sin prisa.
Qué bonita la espera,
los viajes, las llamadas
y el haber estado
de él
enamorada.
Ahora,
de la vida,
de mí misma,
de la playa.