Te fuiste, pero no duele.
Las reglas del juego han cambiado.
Y no me pidas que rinda cuentas,
no lo he propiciado.
Más se perdió en la guerra.
Es lo que me queda
para no seguir llorando.
Aunque algo me cuesta:
había sido una respuesta,
un milagro.
El Camino no se cierra,
aquí en el Amor seguiré esperando,
quiera Dios que cada día más contenta,
y con mi bendito cuerpo de mujer más sano.
Te quiero. Siempre he querido.
Ahora aprendo a amarme a mi misma,
bajo del Cielo el mandato,
pues no puedo seguir penando
por lo que no fue y pudo haber sido.
Está claro.
Espero en renglones ya rectos
que la Luz extienda sobre mi su manto
y me cure esta pena amarga
que ya empieza a no doler tanto.
Que el brillo a mis ojos devuelva
y mi tierna sonrisa de niña pequeña.
Que la Vida me sea leve a partir de ahora,
unida, siempre unida a Ella y a la Tierra.
Confío en la Paz y el Silencio.
Confío en mis amadas estrellas.
Confío en rescatar lo que es mío
y que afortunadamente a mí el Amor vuelva.
Ese amor no dormido,
que a todas horas me respeta.
Ese amor que es mi destino,
como mujer de Paz y no de guerra.
Ese amor que se perdió
cuando nos robaron la pasada primavera.
Pero nada se pierde
si verdaderamente es bueno e interesa.
Como dijo aquel artista,
lo bueno es lo que está por venir y lo que queda.
¡Pues que bienvenido sea!
A la Paz, la Bondad y el Amor,
sí les abro la puerta,
esa que cerré en mi corazón,
cuando...
¿quién lo recuerda?
Gracias al Amor que me guía
y a la Amada Naturaleza,
gracias a la belleza que en mi reside,
y que inspira la unión de todas estas letras.
Gracias a todo lo que de verdad me sana
y a la Gracia Eterna,
de la que estoy imbuida
solamente por haber nacido buena.
Gracias a que, para mi Santa Madre,
soy la Reina.
Espero amarme tan bien y tanto que,
gracias a ello, se sienta siempre contenta.
Es la promesa que ahora le hago,
en esta noche nada violenta.
Es la férrea voluntad de Ser,
libre de todo mal y sin cadenas.
Mujer libre, Serena, Conciencia.
Sana y liberada hasta la propia médula.
¿Quién cómo Dios?
Yo, su Santa Hija sana y eterna.
Hija también del Cielo y de la Tierra.
Sembradora de Paz y Luz de las Estrellas.
Liberadora de todo mal
para que la verdadera Bondad siempre sea.
No se puede permitir que el sufrimiento
siga siendo la forma de vida en este planeta.
Anna.
12.8.20
¡RECUÉRDALO!
https://escueladesaludanamgc.wixsite.com/misitioweb
Gracias a mi querida alumna Yaiza, que me regaló hoy este cartel tan precioso.
🙏
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