Y pintaré las flores,
para hacer la Tierra más bella,
para erradicar de nuestra alma
toda la pena,
negra, honda y profunda,
que nos está dejando esta pandemia
y el sinsentido abusivo
de los que hasta ahora nos gobiernan.
Pintaré las flores preciosas
de colores de primavera,
esa que nos robaron
sin avisarnos siquiera.
Y el que avisa no es traidor
-dice el dicho-.
Pues que cada uno entonces
saque sus cuentas.
Miraré agradecida
cómo se van alegrando
las flores al ser pintadas,
y mi alma, libre de daño,
volverá a estar enamorada.
Besaré a la Tierra mientras pinto
con mi paleta de madera,
con mi pincel algo fino,
sólo para las hojas pequeñas.
Sabré de qué color pintar cada flor,
cada luna, cada regalo de la Naturaleza.
Y contemplaré mi obra despierta,
tras erradicar, y para siempre,
todo mal de la Tierra,
de las mentes, de los corazones,
de los espíritus;
la falta de Conciencia.
Y sonreiré por fin sin problemas.
Sintiéndome despreocupada y feliz,
como una niña pequeña.
Anna.
27.5.20
Con Amor. Este poema. Para mi niña interior.
Y gracias a la amiga que me envió esta imagen que... ¡me inspiró!
¡Buen día tenga todo Dios! ¡Incluso yo!