Tras el taller de escritura del otro día con Santiago, al posar la primera "limpia mirada"...
Esa sonrisa en el cielo,
bien clara,
esa paz reflejada...
ese maravilloso espejo
de hojas
armónicamente afinadas,
ese salero al moverse
de violetas, rosas y blancas
que parece que sobre la tierra verde
estén bailando una danza.
Incluso la voz de la guagua me levanta
mientras siento
con algo menos de prisa
el ligero ya fresco aire
rozando mi cara.
Y ella amándome
dentro de mi alma.
(A mi máma y a la blanca luna que me ama).