Noche larga
sin ninguna pena,
negro y plata
bajo la luna llena,
sauces que vigilan
la paz de la tierra,
sin hechizos,
sin maldiciones,
sin condenas.
Una noche larga,
antes de la alborada
bella,
la soledad cabalga
deshaciendo la tristeza
con el dulce compás
de la música de las estrellas.
Quiero
y mientras puedo
aprendo a disfrutar de ella.