Millares de pequeñas ondas que dan vértigo.
El corazón galopando a la mínima mirada.
Como un golpe de trueno. En el pecho.
Infinitamente más poderosa que la magia.
Ganándole a cada hora 60 minutos.
Poniendo fin al miedo, a las batallas.
Como el girar de la Tierra...
acompasada.
Así,
así es estar enamorada.
Anna.