Cuando el comienzo era el Paraíso,
en esta noche de fuegos,
cuando vikingos y normandos
trajeron algo más nuevo,
cuando las voces se cruzan
y se rozan los acentos,
cuando dos soledades
cocrean algo bastante bueno,
cuando el hablar claro no impide
entretejer bellos cuentos
con finales felices
y quizá algunos sueños,
cuando el cristal reluce
y nos ayudan los ancestros,
cuando la arena sostiene
mi mar tan pequeño
frente al océano inmenso,
cuando un desconocido
ante mi voz se hace amigo
en jirones de tiempo;
cuando el Paraíso era...
y es
tan sólo el comienzo.