Ayer, haciéndolo coincidir -como el año anterior- con la celebración de Sant Jordi y el "día del libro", "terminó oficialmente" el Taller de Escritura de este año, que nos regala a los que participamos, Ámbito Cultural del Corte Inglés (Mesa y López) de mi querida ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, con la lectura pública de la obra Crónica de una muerte anunciada del escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García
Márquez, y la entrega de diplomas.
Bonito, lindo, tanto para la literatura, sobre todo en lengua española, como para mucha gente, también para el organizador y escritor Pablo y... para quien lo imparte -el escritor y periodista canario Santiago Gil-.
Y, así mismo, para esta humilde servidora que lo único que pretende es amarse siempre y que todo el mundo, todos los seres, de verdad, se amen.
Y, así mismo, para esta humilde servidora que lo único que pretende es amarse siempre y que todo el mundo, todos los seres, de verdad, se amen.
Por ello es que traigo, a la entrada del día de hoy de este maravilloso primero de mis blogs, un vídeo de Youtube -que normalmente pondría en "mi blog de la música" (http://cancionesqdicenalgo.blogspot.com.es/)- de la segunda de mis canciones preferidas de las que conozco de nuestro cantautor Sergio Alzola -porque no encontré en Youtube la primera, ja,ja!!: nada es casualidad!!).
¿Cuánto años hacía...? 8,7,10... y cuando, en la entrega de diplomas del Taller, oí su nombre... todo un torrente de felicidad, de armonía, de renovada ilusión y de memoria vino a llenarme.
Maravillosa vida, llena de estupendas sincronías que me elevan como persona, que me sanan como mujer y me dan vida para ver a la Paz siempre triunfar y a la Tierra sana. Es mi dharma. Mi alegría. Para eso escribo, para eso canto, para eso... vivo y sano.
Y recordé... recordé aquella enseñanza de un historiador de la literatura leída que venía a decir algo así como que más vale no haber publicado mientras, escribiendo, una, se haya encontrado.
Maravillosa vida, llena de estupendas sincronías que me elevan como persona, que me sanan como mujer y me dan vida para ver a la Paz siempre triunfar y a la Tierra sana. Es mi dharma. Mi alegría. Para eso escribo, para eso canto, para eso... vivo y sano.
Y recordé... recordé aquella enseñanza de un historiador de la literatura leída que venía a decir algo así como que más vale no haber publicado mientras, escribiendo, una, se haya encontrado.
Gracias al Taller por hacerme este regalo.
Y ¡¡gracias Santiago!!.
Y ¡¡gracias Santiago!!.