Como si de un jardín se tratase
una a una he recogido,
con mis benditas manos,
con mi nuevo vestido.
Para hacer un altar las llevo,
para hacer un altar bonito,
por donde me caiga el agua,
fresca y cálida,
en donde me acuerde de Dios mismo,
mientras limpio, cada día,
mi preciado cuerpo físico;
un precioso altar a la tierra
dentro del mismo.
¡Ya no me pesan
ni las piedras del camino!
una a una he recogido,
con mis benditas manos,
con mi nuevo vestido.
Para hacer un altar las llevo,
para hacer un altar bonito,
por donde me caiga el agua,
fresca y cálida,
en donde me acuerde de Dios mismo,
mientras limpio, cada día,
mi preciado cuerpo físico;
un precioso altar a la tierra
dentro del mismo.
¡Ya no me pesan
ni las piedras del camino!