¡Madre!... la mía en el sepulcro mora
entre los sauces de dolientes razones
que el sueño de su noche redentora
arrullan sin cesar.
Hace muchos años que su voz no suena
y en torno mía la esperanza agita.
Hace muchos años que el recuerdo llena...
el sitio predilecto de mi hogar.
¡Ah!, pero vive al corazón asida
su dulce imagen, que robé a la muerte,
último rayo de la fe sentida
que llevo al porvenir;
y como el iris de la eterna alianza,
ella me alienta en mis amargas horas,
y me enseña que el ángel de esperanza
también sabe en la sombra sonreir.
Maravillosamente hermoso: poema escrito por Martín Coronado (1830-1919).
Si quieres saber algo más acerca de este autor puedes visitar el siguiente enlace:
https://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Coronado
entre los sauces de dolientes razones
que el sueño de su noche redentora
arrullan sin cesar.
Hace muchos años que su voz no suena
y en torno mía la esperanza agita.
Hace muchos años que el recuerdo llena...
el sitio predilecto de mi hogar.
¡Ah!, pero vive al corazón asida
su dulce imagen, que robé a la muerte,
último rayo de la fe sentida
que llevo al porvenir;
y como el iris de la eterna alianza,
ella me alienta en mis amargas horas,
y me enseña que el ángel de esperanza
también sabe en la sombra sonreir.
Maravillosamente hermoso: poema escrito por Martín Coronado (1830-1919).
Si quieres saber algo más acerca de este autor puedes visitar el siguiente enlace:
https://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Coronado