En un parte del mundo, la lluvia repiquetea sobre los cristales.
En otra, se puede sentir el calor de los rayos del sol en la incipiente tarde.
En una, el humedal alberga pájaros del color de los cristales.
En la otra, el frío del invierno ya da paso a una primavera constante.
Mas tanto en una parte como en la otra, se besan los amantes.
Las flores rojas siguen siendo rojas, aunque viniera una noche inquietante.
Los árboles dan sus frutos, aromas, el romero; sus cantos, las aves.
Nadie se pierde en divisiones.
Y menos si estas son artificiales.
A ver si aprendemos Padre. A ver si aprendemos Madre.
Que unos no son lo que parecen, pero por parecerlo, otros padecen.
Y el mundo, la Tierra y la Vida no están para esas ni otras sandeces.
Que los ríos fluyan y limpien. Que los cielos se descontaminen.
Mientras en un lado es primavera y en el otro invierno y viceversa.
Lados que confluyen al ser caras de una misma moneda.
Una, grande, libre.
Como esa mi España, que han querido hacer Cenicienta.
Pero hasta los cuentos de hadas tienen finales felices.
Hasta en los cuentos de hadas...
Anna💜
(Ana M.G.C.-Ana Ananda)